Mundo Obrero
PÁGINA PRINCIPAL : :  ARCHIVO : 2012 : 2011 : 2010 : 2009 : 2008 : 2007 : 2006 : 2005
Correspondencia sobre artículos en Workers World/Mundo Obrero pueden ser enviadas a:
[email protected]

Las verdaderas razones de la hostilidad de Washington

Por Deirdre Griswold

Cuando las tropas estadounidenses llegaron a Corea del sur a finales de la Segunda Guerra Mundial, los estrategas del imperialismo estadounidense vieron a la península como una vía hacia la eventual dominación del territorio asiático. Estos no le pusieron mucha atención al ejército revolucionario de coreanos, organizado por Kim Il Sung, que llegó desde el norte junto a tropas soviéticas y comenzaron a desarmar y remover la estructura de poder que se había formado durante la dominación colonial japonesa.

Estados Unidos no tomó en serio la gran revolución social que había comenzado en Corea. Pero el ejército de liberación encabezado por Kim, urgía al pueblo a que derrocaran no solo a los oficiales que colaboraron con el Japón, sino también a los propietarios de las tierras y a los capitalistas quienes les habían explotado y oprimido y quienes habían sido la base de la clase interna en la cual el imperialismo japonés había confiado por muchas décadas.

La reforma agraria en el norte comenzada en 1946, alivió la gran pobreza de los campesinos e inspiró el sentimiento revolucionario en el sur.

Al comenzar la Guerra Fría, la administración de Truman comenzó a caracterizar a Kim Il Sung y sus partidarios como títeres de la Unión Soviética, la cual había entrado a la guerra contra el Japón después de haber vencido al ejército de Hitler en Europa. Washington pensó que una vez que las tropas soviéticas salieran del norte de Corea, los Estados Unidos podrían poner a toda el área, incluyendo a China, bajo su “esfera de influencia.”

Pero la revolución continuó en el norte de Corea y en la vecina China. Para 1948, el sur de Corea, dominado ya por los Estados Unidos, declaró la formación de un gobierno aparte, haciendo así oficial la división del país en el paralelo 38. En respuesta, las fuerzas revolucionarias lideradas por Kim Il Sung, establecieron la República Democrática Popular de Corea en el norte. (RDPC)

Las tropas soviéticas inmediatamente comenzaron a salir del norte, el cual desde entonces ha tenido que defenderse por si solo. Algunas de las tropas estado unidenses salieron del sur, pero muchos se quedaron como “consejeros” para la dictadura del Syngman Rhee, un derechista brutal que había vivido por décadas en los Estados Unidos antes de haber sido titulado líder de Corea del sur por Washington.

Represión y guerra

Rhee había comenzado un régimen de terror en contra de todos los progresistas, incluyendo a muchos que habían sido luchadores heroicos en contra del colonialismo japonés, mientras él esperaba en Washington el fin de la guerra.

Comenzando en 1950, las fuerzas estadounidenses regresaron a Corea para apoyar la tambaleante dictadura de Rhee. Una horrible guerra en contra de la RDPC se llevó a cabo por tres años en la cual millones de coreanos murieron. Cuando el cese al fuego fue finalmente declarado, el imperialismo estadounidense, a pesar de sus enormes ventajas en tecnología militar y potencia industrial, había fallado en su objetivo—el de derrocar al régimen socialista en el norte—y así el país quedó dividido.

La guerra nunca terminó oficialmente. Washington ha rehusado siquiera discutir un tratado de paz con la RDPC. Casi 40.000 tropas estadounidenses han continuado la ocupación del sur desde entonces, y el movimiento para sacarlos ha crecido enormemente.

Hoy, la Unión Soviética -el primer estado de los trabajadores y por más de siete décadas el blanco principal, primero del imperialismo de los Nazis alemanes y luego de las amenazas nucleares y la subversión política y económica de los EEUU - ya no existe. Su desaparición fue un trauma grande y una pérdida material para todos los países que intentan evitar las garras del imperialismo.

Pero la revolución liderada por Kim Il Sung y su Partido de los Trabajadores de Corea ha comprobado su viabilidad. La República Democrática Popular de Corea bajo el liderato de Kim Jong Il sigue desafiando a los gobernantes en Wash ington y no va a someterse al imperio de los EEUU.

La administración de Bush está aprendiendo ahora por la vía dura lo que administraciones anteriores de los EEUU, Demócratas y Republicanas, habían apren dido sobre la RDPC. No va a rendirse por amenazas. Las amenazas sola mente hacen al pueblo coreano y a sus líderes duplicar sus esfuerzos para defender su soberanía y su sistema socialista.

La cuestión hoy según Washington, es el desarrollo de armas nucleares por la RDPC.

El derecho de existir de la RDPC

Desde el punto de vista coreano sin embargo, la cuestión es la hostilidad permanente de los Estados Unidos luego de más de medio siglo de la guerra de 1950 - 1953, y su derecho a mantener una defensa fuerte contra una potencia nuclear que ha insultado a sus líderes y declarado abiertamente su intención de destruir su sistema.

Está reconocido por la mayoría del mundo hoy que el colapso de la URSS fue interpretado por un grupo extremadamente agresivo en la clase dominante de los EEUU como una luz verde para la expansión global imperialista. Los llamados neoconservadores, quienes han formulado muchas de las políticas de la administración de Bush, establecieron sus planes para la dominación mundial hace más de una década.

Sus planes militares estaban enfocados principalmente para el control exclusivo de la riqueza petrolera del Medio Oriente -la primera guerra contra Irak coincidió con el colapso de la URSS - pero también esperaban prevalecer sobre lo que llamaron las “naciones incontrolables” que rehusaron conformarse a un mundo dominado por las corporaciones y los bancos de los EEUU.

Cuba, y la RDPC, desconectadas del intercambio comercial y tecnológico con el bloque soviético supuestamente iban a caer.

Ya han pasado 15 años. Ni Cuba ni la RDPC han caído.

La RDPC ha experimentado años de duro sufrimiento mientras enfrenta la posibilidad de una renovada agresión militar de los EEUU. Pero su estructura política, basada en un partido político de la clase trabajadora y forjada en una lucha revolucionaria de las masas, no se ha fracturado.

Uno de los lamentos de Washington, repetido con frecuencia, es que no puede interpretar bien lo que está pasando dentro de la RDPC. En otras palabras, el imperialismo no puede encontrar una base social con la cual agitar y derrocar el liderato y el sistema. Entonces describe a la RDPC como el “reino ermitaño” y otras etiquetas despectivas.

En su discurso del Estado de la Unión de enero de 2002, el Presidente George W. Bush incluyó a la RDPC en un imaginado “eje del mal”, junto con Irak e Irán. Un año después, EEUU lanzó una invasión contra Irak para derrocar a su gobierno y erigir un régimen títere.

La RDPC tomó esto muy en serio.

“Nosotros consideramos que el discurso de Bush del Estado de la Unión fue una declaración de guerra contra la RDPC”, dijo el embajador de la RDPC ante la ONU, Pak Gil Yon a Mundo Obrero (Workers World) en ese momento. (Workers World, 28 de marzo de 2002)

El embajador también llamó la atención sobre el Informe de la Política Nuclear publicado por el Pentágono en enero 2002, en el cual se proponía el uso de armas nucleares contra siete países, incluyendo la RDPC. “Éste es un suceso muy grave,” subrayó el embajador, diciendo que eso canceló previos acuerdos entre los dos países.

Desde hace muchos años, los Estados Unidos han amenazado a la RDPC con su cantidad enorme de armas nucleares. El Pentágono tenía armas con base en tierra en Corea de Sur. También tenía submarinos, bombarderos y proyectiles intercontinentales, todos equipados con armas nucleares que podían utilizarse contra Corea de Norte.

El Pentágono alega que ha sacado todas sus armas nucleares de Corea de Sur, pero no hay una verificación independiente que lo compruebe. Mientras tanto, mantiene su “sombrilla nuclear” amenazando a la región.

En su entrevista con MO, el embajador Pak repitió su aseveración de que el discurso de Bush fue “una declaración de guerra,” y añadió que “serán tomadas todas las medidas necesarias para defender la soberanía del país”.

Desde entonces, la administración de Bush ha continuado su diatriba contra la RDPC, aún mientras comete terribles crímenes de guerra en Irak y Afganistán. En abril, Bush intensificó su retórica, llamando al líder coreano Kim Jung Il un “tirano” y alegando que el comportamiento de la RDPC justificó los planes estadounidenses de gastar billones de dólares para poner en el espacio un sistema “anti-proyectiles”.

Así que no debe ser ninguna sorpresa que la RDPC haya anunciado su propio programa de desarrollar armas nucleares como fuerza disuasoria a cualquier ataque por parte de los Estados Unidos. Está demandando que la cuestión más amplia de la desnuclearización de la península sea discutida para resolver pacíficamente la situación.

La administración de Bush esperaba hacer de la cuestión de las armas nucleares de la RDPC, un mayor blanco de la crítica en las reuniones recientes de la ONU sobre la no-proliferación nuclear, y quiere que la ONU imponga sanciones contra Corea del Norte. Pero los delegados provenientes de todas las partes del mundo están mucho más preocupados por las miles de armas nucleares que el Pentágono ha rehusado desmantelar y las cuales que están mantenidas en un estado de alerta máxima.

El analista Peter G. Cohen escribe: “La administración de Bush ha estado pidiendo fondos para el desarrollo de armas nuevas y para mejorar la fiabilidad de las más viejas. Las armas nucleares son todavía un elemento central en la política de defensa de Bush.” (Common Dreams, 19 de mayo)

Incluso el guerrerista Robert McNamara, escribió en la edición actual de la revista Foreign Policy (Política extranjera), “Yo caracterizaría la política estadounidense actual en cuanto a las armas nucleares como inmoral, ilegal, innecesaria militarmente, y extremadamente peligrosa.”

En cuanto a las sanciones económicas, Corea de sur está enviando ahora 200.000 toneladas de fertilizantes al norte para ayudarle con su recuperación agrícola. Tres barcos de la RDPC atracaron en los puertos de Corea del sur a mediados de mayo por primera vez en 21 años. La última vez que barcos del norte habían llegado al sur, fue para entregar cemento, arroz, y otras provisiones de socorro para sus compatriotas sureños después que un tsunami hubo devastado la región.

Hasta ahora, los peligrosos esfuerzos de la administración de Bush para intimidar, aislar y estrangular económicamente a la RDPC, dando como pretexto los esfuerzos justificables de ese país para defenderse de la amenaza abierta de agresión por el poder nuclear número uno del mundo, han sido en vano.


: :  MUNDO OBRERO : :  NOTICIAS EN INGLES  : :