Haitianos, expulsados de la República Dominicana

Por: Un residente extranjero en Santo Domingo.

Otra tragedia humana en contra del pueblo haitiano se está fabricando, a medida que los funcionarios de la República Dominicana (RD) se preparan para deportar a decenas de miles de haitianas/os, si no cientos de miles. Familias están siendo destrozadas con las expulsiones de estas/os trabajadores.

Durante el último año el gobierno del presidente Danilo Medina del Partido de la Liberación Dominicana y fuerzas políticas conservadoras han puesto en marcha una campaña de histeria en contra de las/os trabajadores haitianos en la RD.

Las/os haitianos en la RD laboran en la construcción pública y privada (80 por ciento de la fuerza laboral en la construcción), en la agricultura (95 por ciento de la fuerza laboral en la agricultura) y en los servicios domésticos. A menudo se les paga “fuera de los libros de contabilidad” (recibiendo los salarios más inferiores), mientras los empleadores evitan pagar las deducciones monetarias mandatorias para seguros médicos, pensiones y otras protecciones.

Por ejemplo, a los trabajadores haitianos de la construcción se les paga “450 pesos” o menos por día. Trabajan de 7 am a 7:30 pm. Utilizando la tasa de cambio actual, eso se convierte en 83 centavos de (U.S.) dólar por hora.

Trabajadoras/es agrícolas haitianos pueden ganar “250 pesos” o menos por día (lo cual se convierte en 5,5 dólares por día). Las/os trabajadores del servicio doméstico laboran 6 días por semana y pueden recibir “5.000 pesos” por mes (111 dólares al mes).

Algunos empresarios inescrupulosos llaman a los agentes de inmigración para que deporten a sus trabajadoras/es, y así evitan pagar ningún salario.

Intimidación y amenazas de deportación

El Ministro de Interior y Policía, José Fadul, ha anunciado frecuentemente que soldados y agentes de inmigración realizarán las deportaciones (usan la palabra “repatriaciones”) de haitianas/os comenzando después del 17 de junio, fecha en que las/os extranjeros en la RD tenían que registrarse bajo el Plan de Regularización.

Hasta el momento 288.466 personas se han inscrito de las/os 768.783 inmigrantes contados en el censo nacional de 2012 (de ellos 668.145 eran de Haití). Todos menos una pequeña minoría enfrentan deportación. La República Dominicana tiene una población de 9,700,000.

Además de las personas mencionadas, otras/os 209.912 dominicanos de descendencia haitiana también enfrentan ser deportados. Estas/os dominicanos nacieron en la RD, han vivido y trabajado aquí por décadas, desde antes de que la nueva Constitución de 2010 fuera establecida por los políticos capitalistas, redefiniendo conscientemente la ciudadanía dominicana, a fin de excluir a las personas de descendencia haitiana.

De acuerdo a Fadul, sólo 4.600 inmigrantes han “cumplido” con los requisitos del Plan de Regularización, es decir menos del 2 por ciento de las/os solicitantes, que ahora tendrán 45 días para completar su registro. Si el 98 por ciento restante de las/os solicitantes no cumplen con los requisitos del Plan de Regularización, también enfrentarán deportación.

El llamado “Plan de Registro” tiene requisitos irrealizables.

Los requisitos del Plan de Regularización incluyen: pasaportes, certificados de nacimiento, tarjetas de identidad, prueba de empleo (recibos de salario o cartas de empleadores), contratos de alquiler, cartas de juntas de vecinos, estados de cuentas bancarias, tarjetas de crédito, documentos de matriculación de vehículos, recibos de bienes muebles, etc. – requisitos inalcanzables para una población empobrecida que es sometida a la discriminación y súper explotación cotidiana.

Fadul públicamente admitió que muchos empresarios se han negado a emitir certificados a sus empleadas/os haitianos, lo que significa que la mayoría de las/os haitianos podrían ser deportados, incluso quienes solicitaron la Regularización.

Otra barrera es el costo de obtener documentos notariales (500 pesos o más por documento = sueldo de un día de trabajo). Los abogados cobran 10.000 pesos o más (un mes de sueldo) para ayudar a procesar las solicitudes. Algunos solicitantes han tenido que regresar hasta 10 veces a las oficinas del Plan de Regularización, para entonces esperar en fila desde la subida del sol hasta el escurecer, rodeados por la policía anti-disturbios que a menudo tienen que sobornar a fin de que les permitan registrarse.

¿Cómo pueden las/os trabajadores indocumentados y sus familias pagar todos estos costes acumulados? No pueden, el Plan de Regularización es una estrategia de largo plazo, calculada para deportar a las/os haitianos y desviar la atención del pueblo dominicano en contra de las/os haitianos, culpándoles falsamente por los problemas de pobreza en curso en la propia RD.

Fadul señala que miles de efectivos militares han sido movilizados, preparados y asignados a las autoridades de inmigración, que autobuses han sido adquiridos y entregados (imágenes de las mismas aparecen en la prensa) – todo para implementar las deportaciones inminentes. Instalaciones militares como la Fortaleza Beller en Dajabón y otras están siendo preparadas para servir como centros de detención.

Según Fadul, las personas deportadas se llevarán a Haití a través de cuatro puntos fronterizos: Dajabón, Jimaní, Pedernales y Elías Piña, donde supuestamente las recibirán las autoridades haitianas.

Bajo la presión psicológica cotidiana y la intimidación de las autoridades, incluyendo ataques violentos racistas en contra de haitianas/os reportados por los medios de comunicación, miles se han marchado bajo el temor de ser deportadas/os y perder sus pertenencias. Todo esto mientras la policía de inmigración continúa deteniendo y deportando a su discreción, muchas veces separando familias que han vivido aquí por décadas. Algunas/os adultos expulsados enfrentan la separación permanente de sus hijas/os.

Violencia racista contra las/os haitianos

En abril de 2015 en la ciudad de Moca se denunció que haitianos habían asesinado un joven dominicano. Como consecuencia de la campaña anti-haitiana, multitudes de jóvenes dominicanos atacaron y expulsaron a 500 haitianos de Moca.

Este ataque racista fue grabado y mostrado por la televisión dominicana, y se publicó en Youtube bajo el título “Sacan haitianos a la fuerza en Moca y destruyen sus pertenencias”. Se puede accesar en: tinyurl.com/pr3dc59.

El ataque de la turba en Moca galvanizó a los sectores racistas al igual que a los anti-racistas en la RD, impulsando que las/os dominicanos denunciaran la violencia en contra de los haitianos por los principales canales de televisión y en los periódicos. Todo esto forzando a las autoridades a detener a algunos de los individuos implicados en estos ataques.

Otro crimen racista horrendo que demuestra los efectos de la campaña del gobierno en contra de las/os haitianos fue el linchamiento en un parque público de Santiago de “Tilile” (Jean Claude Harry), un trabajador limpiabotas, el cual estaba casado y tenía hijos. Lo encontraron el 12 de

febrero de 2015 ahorcado de un árbol, su cuerpo golpeado y sus manos y pies atados con soga. Santiago es la segunda ciudad más grande de la RD.

Aunque esta atrocidad fue ampliamente condenada tanto por dominicanas/os como por haitianas/os, sí muestra las amenazas verdaderas que enfrentan las/os haitianos.

Crecimiento económico capitalista mientras aumenta la pobreza

Según el Banco Mundial (30/3/2015): “En los últimos veinte años la República Dominicana (RD) ha sido una de las economías de más alto crecimiento en Latinoamérica, con un crecimiento promedio del PIB en torno al 5,5 por ciento entre 1991 y 2013. A pesar de este fenomenal desempeño económico, la pobreza hoy en día es más alta que en 2000. La pobreza aumentó del 32 por ciento de la población en 2000 a casi 50 por ciento en 2004, tras la crisis financiera y económica de 2003, para descender gradualmente al 41 por ciento en 2011”.

Según el Banco Mundial, las/os trabajadores haitianos ganan en promedio el 60 por ciento de lo que las/os dominicanos ganan. En el sector agrícola las/os haitianos reciben el 50 por ciento de lo que se les paga a las/os dominicanos. “La inmigración haitiana beneficia a la economía de la República Dominicana, ofreciéndole a las empresas una mano de obra joven y salarios relativamente bajos”, dice el Banco Mundial en su informe “Haití y República Dominicana: más que la suma de las partes”.

No es extraño que la burguesía esté tan feliz con las ganancias récord extraídas de las/os trabajadores haitianos y dominicanos.

En la RD la mayoría de la fuerza laboral se clasifica como “informal”. Las/os trabajadores informales no están registrados como empleados de una empresa y por lo tanto no reciben cobertura médica, pensiones u otras protecciones.

No existe un salario mínimo nacional. De hecho, hay 13 escalas de salarios mínimos diferentes correspondiendo a diferentes sectores de la economía: agricultura, construcción, empresas pequeñas, medianas y grandes, zonas francas (de libre comercio), empleadas/os del gobierno, etc. El 65 por ciento de la población trabajadora activa gana menos de 10.000 pesos al mes (56 dólares por semana) y el desempleo real se estima en más del 20 por ciento.

Si no fuera por las remesas enviadas por las/os trabajadores dominicanos desde otros países, que ascendieron a 4,6 mil millones de dólares en 2014 (un promedio de $474 dólares por cada persona en la RD), las condiciones económicas hubieran causado una explosión social.

Necesaria la unidad dominico-haitiana, y la solidaridad internacional

Como se puede ver en la crisis actual, el racismo y la opresión nacional no sólo esclaviza a las/os haitianos, sino que también fortalece la opresión de las/os trabajadores dominicanos, porque ambos, trabajadoras/es haitianos y dominicanos, son explotadas/os por los mismos capitalistas.

Lo que la coyuntura actual necesita es que surja una lucha unida de las/os trabajadores dominicanos y haitianos en contra del sistema capitalista que esclaviza a todas/os los trabajadores. En este momento de crisis, gestiones de solidaridad internacional en defensa de las/os trabajadores haitianos en la República Dominicana serían oportunas y muy útiles.

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