La atrocidad en Charleston: “Que este trauma impulse la lucha por la Liberación Negra’

Cuando nueve personas indefensas son asesinadas en una iglesia, eso no es un “tiroteo”, es una masacre. Cuando un hombre blanco de 21 años de edad que lleva insignias de odio racista en su chaqueta, entra en una iglesia y asesina nueve personas negras indefensas, no  lo llamaría un “crimen de odio” por un “lobo solitario”. Es un ataque terrorista por un supremacista blanco.

Desgraciadamente, la siguiente descripción es exactamente lo que ocurrió el 17 de junio en Charleston, Carolina del Sur, entre las 8:00-9:00 p.m.

Según testigos e informes recientes, el pistolero de 21 años, Dylann Roof, entró a la Iglesia Emanuel A.M.E. alrededor de las 8:00 de la noche. Se llamó a la policía local alrededor de las 9:00 p.m. De acuerdo con las/os testigos y las/os supervivientes, Roof recargó su arma cinco veces. Ocho personas murieron en el lugar, incluyendo el pastor de la iglesia, el reverendo Clementa C. Pinckney.

Después de una búsqueda de 14 horas, Roof fue finalmente arrestado en Shelby-Carolina del Norte, a unas pocas millas al oeste de Charlotte-Carolina del Norte, lugar donde había sido asesinado Jonathan Ferrell por la  policía.

No necesitamos tener una conversación sobre la raza. Necesitamos tener una conversación sobre la revolución y la Liberación Negra. Hay una diferencia política muy importante. Irónicamente, la histórica Iglesia Emanuel AME de Charleston tiene una historia profundamente arraigada en la lucha por la Liberación Negra y la resistencia del pueblo.

En 1822, Denmark Vesey, uno de los fundadores de la iglesia, fue investigado y capturado por las autoridades de esclavos por su plan para organizar una revuelta de esclavos allí en Charleston. Después de ser traicionado por un informante, Vesey y otros 36 descendientes de africanos esclavizados fueron ahorcados.

Por esa participación, la iglesia fue quemada hasta sus cimientos por autoridades locales y vigilantes. Los Códigos Negros y las leyes Jim Crow fueron promulgados rápidamente para restringir todas las asambleas de esclavos, incluyendo las que se celebraran en todas las iglesias del estado. Se impusieron Pases de Viajeros, mientras que la patrulla de esclavos se convirtió en la primera forma organizada y pagada de fuerza policial en los Estados Unidos. Las/os negros fueron literalmente obligados a practicar su culto clandestinamente en esa iglesia por más de 30 años, hasta 1865. El sentido común dice que no se ondea una “bandera confederada” a media asta para conmemorar una historia como esta.

Cualquiera que conozca la historia del Sur de los EUA está bien familiarizada/o con el cruel legado del estado de Carolina del Sur. Charleston fue en un momento el puerto más grande e importante de esclavas/os en América del Norte.

Esta misma ciudad y municipio local son directamente responsables de la muerte brutal de Walter Scott hace apenas unos meses.  Un policía de Charleston le disparó ocho veces por la espalda.  Solo porque ese asesinato fue capturado en video pudo la verdad llegar a las masas.

Cuando las/os jóvenes negros de las comunidades oprimidas de Ferguson-Misuri; Baltimore-Maryland y Oakland-California decidieron levantarse valientemente y se rebelaron contra la brutalidad policial, el racismo y el sistema capitalista, fueron llamados “malhechores”, “alborotadores” y “rufianes”.  Por alguna razón, Dylann Roof, un muy bien entrenado supremacista blanco, está siendo pintado por los medios corporativos como un “lobo solitario” que debía estar “enfermo mentalmente”.  Estos medios han fracasado en abordar las cuestiones básicas, y tampoco han utilizado el lenguaje correcto.

Ahora es el momento para que la Iglesia Negra vuelva a sus raíces de resistencia organizada, de la lucha por la libertad y la liberación.  Mientras recordamos también el atentado en 1963 de la Iglesia Bautista de la Calle 16 en Birmingham-Alabama que mató a cuatro niñas, canalicemos esta ira construyendo el movimiento tal y como lo hicieron nuestros antepasados.  Hagamos que este dolor nos inspire para reunir nuestras comunidades y organizar cada bloque.  Hagamos que este trauma conduzca a una nueva generación para que persiga su libertad y su completa liberación.

¡Que el pueblo se levante contra sus opresores!

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