Apoyo masivo para la Asamblea Constituyente

Venezuela a las urnas

El domingo 30 de julio, el sonido de la diana en la madrugada dio inicio a la jornada de votación para la elección de delegadas/os a la Asamblea Constituyente que asumirán la gran responsabilidad de representar al pueblo en la modificación de la actual constitución bolivariana creada en 1999 bajo el liderazgo del ahora fenecido presidente Hugo Chávez.

El pueblo chavista y bolivariano bajó desde los cerros, cruzó ríos, pasó por caminos montañosos, fue a pie o en bicicleta, venciendo cada obstáculo impuesto por la oposición fascista, yendo a votar firmemente por la Constituyente.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) y los órganos estatales relevantes, habían establecido miles de mesas de votación alrededor del país, incluyendo además sitios de contingencia para las/os electores que no pudieran emitir su voto en su localidad debido a los tranques de caminos e incluso cierres de lugares de votación por la contrarrevolución. De hecho, algunos sitios no pudieron abrir en los vecindarios dominados por administraciones – alcaldías o gobernaciones – de la oposición. El centro más grande de contingencia en Caracas fue el Polígono, donde acudieron miles de votantes que heroicamente desafiaron la violencia contrarrevolucionaria y acudieron a emitir su voto.

A la hora de escribir este artículo, aún se encuentran abiertas los sitios de votación, por lo que nos abstendremos de mencionar cifras de votantes. Sin embargo, a través de diferentes transmisiones televisivas y de redes sociales digitales, se puede percibir el enorme entusiasmo del pueblo y ver las enormes filas que aseguran una amplia participación popular.

Gracias a ese espacio cibernético, Workers World-Mundo Obrero pudo hablar directamente con voces que transmiten ese entusiasmo. Jacobo Torres, constituyentista del sector de trabajadores le dijo a WW-MO: “¡El pueblo venció el terror y apostó a la paz; el 31 de julio verá un hermoso amanecer bolivariano, antiimperialista y profundamente chavista!”.

La compañera Yosmary Guevara, vocera nacional de UNAMUJER y coordinadora de la Fuerza Bolivariana de Mujeres comentó el parecer de las mujeres revolucionarias: “Hoy es un día glorioso, donde el amor del pueblo se desbordó a las calles… Llegó la hora del pueblo, de defender el legado del Comandante Chávez. No queremos más violencia. No al fascismo, no al terrorismo enquistado por el imperio. Las mujeres patriotas chavistas, antimperialistas y profundamente feministas estamos en combate permanente para impulsar nuestro heroico pueblo”.

Y un joven ciudadano de a pie, Javier Ochoa desde Yaracuy resumió lo que millones también piensan: “Venezuela no se rinde; hoy más que nunca está vigente la lucha reivindicando la dignidad de un pueblo que dice NO al entreguismo y SÍ a la paz. Venezuela sigue siendo ejemplo de lucha en la región, para los pueblos conscientes del mundo”.

Constituyente, poder del pueblo

En general, una Asamblea Constituyente (AC) es un mecanismo político pacífico y democrático elemental para resolver intensas crisis políticas, transformando la Carta Magna en pro de la mejora de la sociedad. En el caso de Venezuela, esta crisis se debe a los diarios ataques terroristas por parte de la derecha fascista – la parte más extrema de la derecha opositora al gobierno bolivariano – que ha venido intentando derrocar al gobierno desde el 1º de abril sembrando el país de muertes, destrucción y crisis económica.

Por el artículo 348 de la actual Constitución, que establece el derecho del Poder Ejecutivo a convocar a una AC, el presidente Nicolás Maduro convocó ésta el 1º de mayo, durante la celebración del Día Internacional de las y los Trabajadores.

Lo más significativo de esta acción es que aquí el Presidente convocó al poder del pueblo, al soberano, quien será de ahora en adelante quien delinee el futuro de la revolución. ¡El pueblo al poder! Esto es sumamente importante. No es una ley impuesta desde arriba, ni sólo un remedio a la crisis. Es la búsqueda de una transformación profunda de las bases de la revolución. Desde las bases económicas hasta ahora rentistas petroleras, hasta la transformación de las estructuras estatales. He ahí la importancia crucial del desarrollo de esta Constituyente. Esto es lo que está en juego.

Además, el propósito de la AC, fuera de ir en búsqueda de la paz para el pueblo frente a los ataques fascistas, es entre otros, asegurar las conquistas de la Revolución Bolivariana, al elevar a nivel constitucional las Misiones y ampliar el Sistema de Justicia para erradicar la impunidad de los delitos contra las personas, y contra la patria en general – por ejemplo corrupción, contrabando, especulación, narcotráfico, etc.

Crímenes que la oligarquía derechista ha cometido en contra del pueblo pobre. Desde el robo de dólares a precios preferenciales subsidiados para la importación de productos esenciales, hasta el acaparamiento de alimentos, medicinas y otras mercancías para provocar el desabastecimiento y crear un ambiente de desesperación en las masas, con la esperanza de que esto haga al pueblo rebelarse contra el gobierno bolivariano.

Mediante el voto universal, directo, secreto y voluntario, estos comicios elegirán 364 candidatas/os para representar los territorios del país y 173 para los diferentes sectores. Éstos sectores son los siguientes: trabajadoras/es; campesinas/os y pescadoras/es; estudiantes, personas con discapacidad, pueblos indígenas, pensionadas/os, empresarias/os; y comunas y consejos comunales. Estas divisiones en sectores es algo sumamente novedoso y asegura la inclusión de los intereses de cada uno de estos grupos.

Agenda imperialista

Pero la derecha contrarrevolucionaria no actúa sola, sino que está al servicio de su verdadero amo, el imperialismo estadounidense que desde la ascensión de Chávez al poder, ha tratado – sin éxito – de revertir el proceso bolivariano. Sólo cabe recordar el intento de golpe en 2002 y, frente a su fracaso, el sabotaje petrolero de 2003. Sabido son también los desembolsos de enormes sumas de dinero que el gobierno estadounidense, a través del Departamento de Estado y sus agencias promotoras de desestabilización en el continente como la NED y la USAID, facilitan a las organizaciones opositoras venezolanas. Una larga lista de políticas hostiles del gobierno de EUA hacia Venezuela ha sido una constante a través de todas las administraciones estadounidenses, tanto republicanas como demócratas.

Desde el gobierno de Obama se vienen intensificando estas hostilidades, llegando ahora a un intento de mayor intervención, incluso con amenazas militares, en contra de la revolución Bolivariana.

Figuras claves de la oposición se han reunido con Trump y otros políticos de EUA con el propósito de aumentar el esfuerzo de derrocar al Presidente Maduro. Hasta la derecha venezolana que reside en EUA pide pública y descaradamente la intervención estadounidense.

Esto ha rendido sus podridos frutos desde abril cuando la contrarrevolución arreció sus ataques, que desde entonces han sido diarios, incendiando edificios, destruyendo propiedades del estado donde se ofrecen servicios públicos como centros materno-infantil, haciendo guarimbas, obstruyendo el libre tránsito, atacando a la policía y la guardia nacional bolivariana, e incluso, asesinando personas que son percibidas como chavistas, disparándoles y algunas hasta quemándolas vivas – un macabro y cruel recordatorio de su carácter racista y fascista semejante al KKK del sur estadunidense.

Ahora, la agenda es aislar a Venezuela acusándola de antidemocrática por convocar la Asamblea Constituyente. Trump amenazó abiertamente al gobierno bolivariano de imponer graves sanciones económicas si se celebraba la AC; imponiendo además sanciones a 13 altos oficiales del gobierno, militares y de PDVSA.

La CIA además anunció que estaba trabajando conjuntamente con los gobiernos de México y Colombia en esta campaña contra Venezuela. Además Panamá y Perú son parte de este conjunto hostil. La campaña mediática de desinformación a nivel internacional, pero liderada por EUA, oculta la verdadera cara terrorista y asesina de la oposición venezolana, a la vez que esconde la realidad sumamente democrática del pueblo chavista y su opción soberana por una constituyente.

El resultado de una Constituyente que defienda el pleno derecho a la soberanía del pueblo, a su defensa de las riquezas de la nación para ser utilizadas en pro del bienestar de la mayoría y no para enriquecer a las transnacionales, y la posibilidad incluso del establecimiento de una base realmente socialista, es una amenaza que Exxon, Wall Street y sus corporaciones no están dispuestas a pasar por alto. Y para eso el gobierno EUA utiliza a sus monigotes en la región, tanto dentro, como fuera de Venezuela, además de todas las organizaciones a nivel internacional que responden a los intereses yanquis, como la infame OEA, a través de su derechista portavoz Luis Almagro.

También, medidas como el cese de vuelos aéreos a Venezuela ya han sido impuestas. Sin previo aviso, las líneas Avianca de Colombia, y Delta de EUA, dejaron cientos de pasajeras/os varados en el aeropuerto de Caracas el pasado 26 de julio al cesar sus operaciones.

Pero las sanciones estadounidenses no terminan en Venezuela. El 27 de julio, el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes aprobó el “Acta Nica”, para imponer sanciones a Nicaragua por apoyar al gobierno venezolano.

Apoyo internacional de los pueblos

Sin embargo, la celebración de la AC ha suscitado un elevado compromiso solidario por parte de los pueblos revolucionarios. Incluso de gobiernos de países caribeños que aunque pequeños en términos geográficos, han demostrado su gigante valor en dignidad al defender la soberanía bolivariana oponiéndose a las maniobras intervencionistas imperialistas.

La defensa de la autodeterminación del pueblo bolivariano por movimientos populares, sobretodo en América Latina ha sido realmente exitosa. Se han celebrado piquetes, foros, manifestaciones, programas televisivos y radiales. Las redes sociales se han llenado de mensajes y expresiones de solidaridad.

Todos estos movimientos han recalcado la relevancia de la Revolución Bolivariana como ejemplo del despertar de los pueblos. Y con la creciente amenaza del capitalismo en su fase de decadencia, pero no por eso menos virulento, que intenta recobrar las pérdidas causadas por los logros de los movimientos sociales, ven a la Constituyente y a la Revolución Bolivariana, como el triunfo – o en el peor de los casos – el fracaso de los movimientos populares. Y por eso sienten en su propia piel los ataques intervencionistas del capital global.

¡La Constituyente Sí VA!   ¡Viva la Revolución Bolivariana y la solidaridad internacional!

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