Detrás de las nuevas mentiras sobre Corea

Los medios de comunicación del establecimiento están sugiriendo que los tuits de Donald Trump acusando a Barack Obama de infiltrar sus llamadas telefónicas son sólo una distracción para evitar que los medios se concentren en por qué el procurador general Jeff Sessions tuvo que recusarse de una investigación federal sobre las conexiones de la campaña de Trump con Rusia.

Es una suposición probable. Trump tiene una historia de inundar los medios de comunicación con acusaciones locas.

Pero aquí está la pregunta: ¿Por qué los medios de comunicación no están igualmente escépticos sobre la historia – aún más melodramática – del grupo gobernante de Corea del Sur que acusa al gobierno de Corea del Norte – la República Popular Democrática de Corea – de asesinar al medio hermano del líder de ese país en un aeropuerto de Malasia? ¿Por qué informan con cara seria esta extraña acusación?

En ambos casos, existen razones convincentes para sospechar que las historias dadas son falsas y auto convenientes. En el caso coreano, desvía la atención de un escándalo mucho más grande que involucra a las autoridades gobernantes de Corea del Sur.

Sin embargo, en todos los informes de los medios de comunicación de EUA sobre las acusaciones del régimen de Seúl, no hay ni una palabra sobre la enorme crisis política que enfrenta ahora el grupo gobernante en Corea del Sur y los multimillonarios que están envueltos en él.

El jefe de Samsung, la corporación más grande del país, fue arrestado el 17 de febrero y acusado de sobornar con 38 millones de dólares a la presidente surcoreana, Park Geun-hye, quien había indultado al jefe de Samsung por cargos criminales anteriores.

Durante casi un año, millones de surcoreanas/os han salido a las calles exigiendo la renuncia de la presidente Park. El parlamento votó el 9 de diciembre para acusarla de corrupción. Ella se ha negado a dimitir, y la dinastía Park (su padre se convirtió en presidente en 1961 a través de un golpe militar) está colgando de un hilo.

EUA usa Corea del Sur como base militar

La RPDC en el norte ha permanecido independiente de la dominación extranjera desde su revolución socialista en los años cuarenta.

Una lucha guerrillera había liberado al pueblo del norte del dominio colonial japonés, y el líder de esa lucha, Kim Il Sung, se convirtió en el primer presidente del norte.

El sur, por otra parte, ha estado bajo el control de Washington y Wall Street desde que las tropas estadounidenses aterrizaron allí al final de la Segunda Guerra Mundial. El primer presidente instalado en el sur, Syngman Rhee, pasó la guerra en Nueva Jersey y fue transportado a Corea en un avión militar estadounidense en 1945.

Ahora, el ejército estadounidense ha comenzado sus mayores “juegos” de guerra, llamados Foal Eagle y Key Resolve, en Corea del Sur. Con duración hasta abril, éstos implican fuerzas aéreas y marítimas equipadas con armas nucleares que simulan una invasión de Corea del Norte. En los ejercicios del año pasado, participaron 300.000 soldados, incluidos personal de Corea del Sur y Japón.

El Pentágono también está preparándose para instalar su sistema de misiles THAAD en Corea del Sur, que está dirigido tanto a China y Rusia, como a la RPDC. China y Rusia han denunciado esta escalada de amenazas militares en la región como un peligro de guerra nuclear.

No hay que ser sabio para ver que la clase dominante de EUA – incluyendo tanto el campo de Trump como quienes están en su contra – tiene mucho en juego en desviar la atención del levantamiento masivo que amenaza con derrocar al corrupto régimen de Park en Corea del Sur.

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