En Venezuela, la lucha de clases está viva

Desde que la Revolución Bolivariana comenzó en Venezuela hace 17 años, el imperialismo estadounidense y sus aliados oligárquicos en ese país no han dejado de maquinar para destituirla.

Son varios los atentados, siendo los más importantes – sin olvidar las “guarimbas” y las muertes provocadas por la derecha – el fallido golpe secuestrando al entonces presidente Hugo Chávez en el 2002 y luego el sabotaje petrolero del 2003. Ambos fueron derrotados por el pueblo.

Ahora, con el arribo de la derecha a través de maniobras parlamentarias en Paraguay y más recientemente en Brasil, o de puro golpe como en Honduras, y la llegada a la presidencia de Macri en Argentina, ese imperialismo que ve amenazada su propia existencia, ha tomado bríos y piensa que esta vez sí podrá destruir la Revolución Bolivariana. Ahora tiene varios monigotes en América Latina, incluyendo también al recién electo presidente del Perú.

Y no olvidemos el poder mediático imperialista a nivel internacional y sobre todo en EUA. El 28 de octubre, el Comité Editorial del influyente New York Times publicó un hostil editorial beneficiando a la derecha opositora y en contra del gobierno bolivariano. Entre otras falsedades e ignominias decía que “Esto debe convencer a los líderes de la región para que condenen a Maduro con más fuerza de lo que lo han hecho, e invitar a los jueces y burócratas a dejar de actuar como cómplices de la dictadura que se está gestando”.

Maniobras derechistas

La derecha venezolana ha recurrido a una nueva campaña de movilizaciones y retos al gobierno incluyendo el pedido de un referendo revocatorio. Como el revocatorio se tuvo que posponer debido a los cientos de miles de firmas ilegales incluyendo las de personas fallecidas, los diputados de la derecha – de la MUD (Mesa de la Unidad Democrática) – convocaron a una reunión de la Asamblea Nacional el pasado domingo 23 de octubre. Ahí sacaron un documento – su plan de acción – que entre otras cosas, pedía desconocer al gobierno del presidente Nicolás Maduro, exigir a la Fuerza Armada Nacional que desobedeciera al gobierno del presidente Maduro, sustituir a la dirección del Consejo Nacional Electoral (CNE) y del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), además de convocar al pueblo a las calles.

Esto incluía una manifestación llamada la Toma de Venezuela el miércoles 26 de octubre, un paro el viernes 28 y una marcha a Miraflores el 3 de noviembre. Además quieren “enjuiciar” al presidente Maduro dizque por “abandonar su cargo” al estar en gira de cinco días por los países petroleros.

¿Qué pasó?

Ese mismo domingo 23 el pueblo no se quedó silenciado ni pasivo. Cientos de personas se reunieron en las afueras de la AN y un grupo entró furioso al hemiciclo. En RT 23 de octubre reportaron, “La señora Nancy Villegas fue una de las mujeres bolivarianas que ingresó a la sesión extraordinaria: ‘¿Ahora como el presidente está de viaje defendiendo los precios del petróleo lo quieren destituir? Nosotros no lo permitiremos. ¿Ellos (la oposición) creen esto es Paraguay o Brasil? Se equivocaron. Aquí no perdemos ni la patria, ni la revolución’”.

Por otra parte, el ministro de la Defensa, general Vladimir Padrino junto a otros miembros del alto mando militar declararon públicamente el martes 25 de octubre su lealtad a la constitución y su gobierno, terminando su alocución con un “Chávez vive”.

Ese mismo martes regresaba el presidente Maduro de una visita relámpago por cuatro países exportadores de petróleo intentando equilibrar los precios de éste. Un enorme mar rojo de pueblo se había convocado para recibirlo y mostrarle su firmeza en la defensa de la Revolución Bolivariana. Ése era el pueblo chavista, el pobre, el que más ha ganado con la Revolución y quien está claro que su enemigo es uno de clase, la oligarquía y sus seguidores quienes viven en Altamira y en las barriadas ricas donde los pobres solo están de sirvientes.

Esto en Venezuela se ve más claro que nunca. Y ya ese pueblo chavista, a pesar de las colas, de la escasez de productos provocada en mayor parte por la oligarquía productora e importadora, no cesa de defender los logros que le quedan.

Por eso, la manifestación de la Toma de Venezuela pautada para el miércoles 26 de octubre, aunque tuvo una considerable asistencia, no pudo tomar Venezuela. Provocaron sí confrontaciones en algunos lugares y la muerte de un policía. Esa fue una marcha de ricos, de personas blancas y privilegiadas, a la que se sumó parte del pueblo pobre que ha sido mediáticamente manipulado y que solo va por el ansia de cambiar la situación económica. Aquí hay que recordar que un estudio reciente reporta que uno de los productores principales venezolanos redujo su producción en un 30 por ciento. (Telesur, 28 octubre)

El pueblo pobre chavista sin embargo, se mantiene alerta y permanentemente movilizado.

Y el paro anunciado para el viernes 28, hasta los medios imperialista tuvieron que reconocer que no tuvo éxito. No hubo tal paro, el pueblo fue a trabajar y la gran mayoría de establecimientos estuvo abierto como normalmente lo hacen. La derecha cuenta con el pueblo – todo el pueblo – y las fuerzas armadas. Pero ni uno ni el otro estuvieron dispuestos para defender los privilegios de la burguesía.

Mientras tanto, ayer domingo 30 de octubre, comenzaron unos diálogos entre la oposición y el gobierno bolivariano. Hay que recordar que han sido innumerables los intentos de diálogos en ese país, y todos han fracasado. La derecha solo dialoga cuando cree que va a obtener concesiones. Quince organizaciones pertenecientes a la MUD firmaron una carta diciendo que no participarán de los diálogos porque “las condiciones no están dadas”.

Los diálogos están avalados por representantes internacionales: UNASUR, los expresidentes Martín Torrijos de Panamá y Leonel Fernández de República Dominicana, el expresidente del Gobierno español José Luis Rodríguez Zapatero y representantes del Vaticano. Se formaron cuatro mesas de discusión bajo los siguientes temas: Paz y justicia; Reparación de las víctimas y reconciliación; lo económico y social, y la Coordinación del ambiente previo al cronograma electoral.

Como principales aristas en general que llevaron a la búsqueda del diálogo, están la recuperación económica, el cese a la violencia política y el rechazo a la intervención extranjera.

En una alocución especial dirigida al mundo, el presidente Maduro pidió la solidaridad mundial con Venezuela para derrotar el golpe de estado en marcha y para consolidar la revolución.

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