Corte obstruye justicia en caso de Gurley

Por un breve tiempo, el pasado mes de febrero existía la esperanza de que al fin las vidas negras importaran, cuando un jurado condenó al oficial Peter Liang de homicidio y mala conducta en la muerte a tiros de Akai Gurley, un joven afroamericano de 28 años de edad. El oficial de policía de la ciudad de Nueva York se enfrentaba a una posible pena de cárcel de 15 años por dispararle y no buscar ayuda médica para Gurley posteriormente. Se informó que mientras el joven agonizaba, el policía en lugar de llamar al 911, estaba enviando mensajes de texto a la “unión” de la policía en busca de ayuda legal.

Sin embargo, el jurado que había condenado a Liang fue revocado. Primero, el fiscal de distrito de Brooklyn Ken Thompson pidió sólo libertad condicional, seis meses de arresto domiciliario y 500 horas de servicio comunitario para Liang. Luego el 19 de abril, el juez del Tribunal Supremo estatal de Brooklyn Danny Chun tomó la inusual medida de reducir el veredicto de homicidio del jurado, a homicidio por negligencia. Luego, eliminó el arresto domiciliario y condenó al oficial a sólo 800 horas de servicio comunitario y cinco años de libertad condicional: Ni tiempo en la cárcel o confinamiento de ningún tipo por tomar la vida de Akai Gurley.

Gurley murió el 21 de noviembre de 2014, cuando Liang sacó su pistola y disparó un solo tiro, accidentalmente afirmó, rebotando la bala alcanzando al joven negro en el pecho. Todo ocurrió en el hueco de una escalera a oscuras de una unidad de vivienda pública en Brooklyn. Gurley y un amigo habían estado tratando de subir por las escaleras en la oscuridad porque el ascensor estaba fuera de servicio – una ocurrencia común por los fondos insuficientes para las viviendas destinadas a personas con bajos recursos.

Apenas dos semanas después del asesinato de Gurley, un gran jurado en otra ciudad de Nueva York, en Staten Island, rehusó procesar a un policía blanco en el asesinato por estrangulamiento de otro hombre negro desarmado, Eric Garner, lo que provocó protestas generalizadas.

Por eso, cuando Liang fue acusado y sometido a juicio, parecía posible que, finalmente, un policía sería encarcelado por matar a un hombre negro. Pero entonces, el juez revirtió el fallo del jurado, lo que llevó a más rabia y protestas.

La tía de Gurley Hertencia Petersen, reaccionando a la indulgente sentencia del juez dijo: “Ahora aquí está. Otro hombre negro ha sido asesinado a manos de un departamento de policía y el oficial no está siendo considerado responsable”.

Esa noche, una multitud fue al barrio donde vive el fiscal Thompson y se demostró frente a su casa, gritando, ¡”Si la familia de Akai Gurley no puede dormir esta noche, Ken Thompson no va a dormir esta noche”! La policía detuvo a siete de los manifestantes. Es incluso posible que los manifestantes pasen más tiempo en la cárcel que el policía que disparó contra una persona y la dejó sangrar hasta la muerte.

“Las vidas negras importan” no es sólo una consigna. Es una demanda para que el sistema racista falsamente llamado “justicia criminal” sea destruido y se haga verdadera justicia. Hasta que no haya justicia, no habrá paz.

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