Zimbabue y la muerte de Cecil

Editorial de Workers World-Mundo Obrero

Ha tomado la matanza ilegal y cruel el 1º de julio de un querido león llamado Cecil por un estereotípico y arrogante cazador de “trofeos” estadounidense para poner a Zimbabue de nuevo en las noticias.  El dentista Walter Palmer de Minnesota pagó 55.000 dólares debajo de la mesa para tentar al león fuera de su refugio en un parque nacional donde él pudiera matarlo con un potente arco de alta tecnología. La magnífica bestia nunca tuvo oportunidad de salvarse.  El gobierno de Zimbabue ha exigido la extradición de Palmer para ser juzgado por su comportamiento criminal.

Hay que recordar que Zimbabue se llamaba “Rhodesia” por el explorador y colonialista británico Cecil Rhodes.  Fue uno de los últimos países bajo dominio colonial blanco y racista en África, hasta que fue liberado en 1980 por la Unión Nacional Africana de Zimbabue de Robert Mugabe.

El control de los colonos blancos continuó sobre gran parte de la economía, hasta que el gobierno de Zimbabue a partir de 2000, emprendió un programa de reforma agraria en la que las tierras más ricas de cultivo – monopolizadas por sólo 4.000 descendientes de colonos que las habían robado violentamente a principios de los 1900 – fueron entregadas a los veteranos africanos de la guerra de independencia.  Brutalmente atacada en los medios de comunicación occidentales de la época que predijeron el colapso de la economía de Zimbabue, la reforma agraria finalmente produjo una gran mejora en la producción agrícola y la vida rural.

Las tomas de tierra fueron demasiado para la “comunidad internacional” – las clases dominantes imperialistas estadounidenses y europeas – que diseñaron una serie de sanciones contra Zimbabue y sus líderes que se suponía iban a derrocar al gobierno.

La buena noticia es que las sanciones no funcionaron.  Al principio, la economía fue entorpecida, y los ingenieros de cambio de régimen creyeron que pronto estarían de vuelta controlando el país.  Pero algo sucedió en 2008 que puso al país de nuevo en el camino hacia el desarrollo.  Justo cuando las economías occidentales estaban cayendo por el precipicio con el colapso financiero de ese año, la economía de Zimbabue comenzó de nuevo a crecer.

Parte de la razón, además de la reforma agraria, es que la República de Zimbabue y China Popular comenzaron una relación más estrecha y negociaron una serie de acuerdos económicos que están mejorando enormemente la infraestructura de este país tan abusado.

Un titular acusador en un periódico imperialista británico hace dos años lo decía todo: “Zimbabue está en auge pero su futuro está en manos chinas — la disposición de China para hacer negocios con Robert Mugabe es una burla a las sanciones del Occidente”.  (The Telegraph, 1º de agosto, 2013)

El año pasado, según el periódico principal de Zimbabue, el país africano y China “firmaron nuevos acuerdos históricos que verán al gigante global emergente de Asia proporcionar apoyo financiero a los muy necesitados facilitadores económicos en sectores críticos que incluyen energía, carreteras, red ferroviaria nacional, telecomunicaciones, agricultura y turismo como parte de la Agenda de Zimbabue para la Transformación Sostenible Socio-Económica”.  (The Herald, 26 de agosto 2014)

El artículo destacó que “contrariamente a los informes de los medios de comunicación de que Zimbabue aseguraría la financiación de los proyectos acordados con minerales, el hecho es que no hay activos del subsuelo utilizados para asegurar los compromisos”.  El acuerdo fue entre los gobiernos de China y Zimbabue, y fortalecerá las instituciones estatales en ese país africano.

Un despreciable cazador de Minnesota pudo haber tenido éxito en matar a un león muy querido que simbolizaba el orgullo nacional del país, pero el pueblo de Zimbabue está avanzando con orgullo, construyendo una economía y una nación que no va a inclinarse ante los dictados de los bancos y las corporaciones imperialistas.

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