El poder de la guerra popular y la solidaridad antiimperialista mundial

Tomó 30 años de dura lucha, pero en las últimas semanas todo era como un tornado. Primero, un asalto relámpago en las tierras altas centrales de Vietnam. Luego, ataques rápidos en las ciudades costeras de Hue y Danang. Después, las Fuerzas Armadas de Liberación Popular convergieron en Saigón desde todos los puntos. Los líderes del gobierno títere y otros parásitos corrieron para subirse a los helicópteros en la Embajada de Estados Unidos, junto con periodistas occidentales, personal de la embajada y sus secuaces.

El Ejército Popular ahora tenía tanques y artillería, así como fuerzas regulares a gran escala. En cada pueblo y ciudad, se reunían con las milicias populares y las tropas irregulares que les “abrían la puerta”. Las fuerzas del ejército títere de Saigón se dispersaban frente a este asalto.

Este 30 de abril se conmemora el 40º aniversario de la Gran Victoria de Primavera de Vietnam en 1975. Esta larga y continuada guerra — primero contra Japón en 1945 y luego Francia (con el apoyo de EUA) en 1945-1954 y después directamente contra el imperialismo estadounidense — definió una era. En 1966, el Che Guevara hizo un llamado ¡“Dos, tres, muchos Vietnam”! Luchas al estilo de Vietnam surgieron en las colonias africanas portuguesas de Guinea-Bissau, Mozambique y Angola. Lograron la victoria junto a la vietnamita. Levantamientos guerrilleros también surgieron sucesivamente en Centroamérica.

La marcha de la victoria vietnamita fue planeada con meses de antelación. Todos los aspectos de los últimos 30 años de lucha entraron en juego. Allí estaba la ruta Ho Chi Minh – una red de carreteras a través de selvas y montañas utilizadas para canalizar un suministro constante de armas, municiones y alimentos de norte a sur a pesar de los incesantes bombardeos de Estados Unidos. Los túneles de Cu Chi fueron centros estratégicos de mando y recuperación subterráneos. La Ofensiva de Tet de 1968 había mostrado al mundo lo que la resistencia vietnamita era capaz.

Todos estos éxitos se basaron en la estrategia de la guerra popular.

“La característica sobresaliente de la guerra popular en nuestro país es que la lucha armada y la lucha política están estrechamente coordinadas, apoyándose y estimulándose entre sí”, escribió el general Vo Nguyen Giap, fundador de las Fuerzas Armadas de Liberación Popular (FALP). “Así que el lema “Movilizar a todo el pueblo, armar a todo el pueblo y luchar en todos los frentes” se ha convertido en una realidad más viva y heroica”.

Todos los esfuerzos de EUA para derrotar esta estrategia central — como los programas de “pacificación” y “aldeas estratégicas” — fueron inútiles. “Cuando un pueblo entero se levanta, nada se puede hacer. Ningún dinero puede ganarles”, le dijo el general Giap al Servicio de Noticias de Liberación en 1969″. “Esa es la base de nuestra táctica y estrategia que los americanos no entienden.

“Todos los 31 millones de personas de nuestro pueblo son luchadores valientes”, dijo el general Giap, “por medio de una pequeña fuerza para luchar contra una más grande, derrotando una fuerza más fuerte con una más pequeña, combinando batallas grandes, medianas y pequeñas, intensificando la lucha masiva y al mismo tiempo llevando a cabo una guerrilla generalizada, constantemente golpeando al enemigo desde una posición de fuerza y ​​alcanzando una alta eficiencia en el combate, llegando a ser cada vez más fuerte y ganando victorias cada vez más grandes a medida que luchan.” (Discurso en Hanoi, 21 de diciembre, 1968)

La movilización de todo el pueblo significaba mujeres, hombres y niños, jóvenes y longevos, del campo y de la ciudad, de norte y sur. El gobierno títere de Saigón fue penetrado por espías patrióticos en todos los niveles. Un ejemplo famoso de las combativas mujeres es la foto icónica de una pequeña campesina empuñando su AK-47 mientras guiaba a su enorme y humillado cautivo — un piloto estadounidense derribado – a través del bosque. Luego está la historia de la atenta camarera en un club de oficiales en Saigón frecuentado por los comandantes estadounidenses. Después de la victoria, ella fue honrada públicamente como coronela de la FALP.

El mundo entero conoció a Madame Nguyen Thi Binh, quien representó al Frente de Liberación Nacional en las conversaciones de paz en París.

Los líderes de la revolución fueron fortalecidos por décadas de lucha. Por ejemplo, Le Duc Tho, famoso en Occidente como el principal negociador de Vietnam en las conversaciones de paz de París – a quien le fue concedido el Premio Nobel de la Paz en 1973 pero lo rechazó por no aceptarlo junto al criminal de guerra Henry Kissinger — firmó el plan de batalla 1975 para la ofensiva final de primavera, en nombre de la dirección del Partido de los Trabajadores. Nacido en 1911, Le Duc Tho había ayudado a fundar el Partido Comunista de Indochina en 1930. Las autoridades coloniales francesas lo encarcelaron de 1930-1936 y nuevamente de 1939 a 1944. Después de su liberación en 1945, ayudó a dirigir el Viet Minh, el movimiento de independencia vietnamita contra los franceses, hasta la firma de los Acuerdos de Ginebra en 1954. Desde 1948 hasta 1975, fue un organizador líder del frente del sur.

Después de firmar el plan de batalla 1975, Le Duc Tho fue hasta el centro de mando en las tierras altas centrales, por la Ruta Ho Chi Minh en moto a la edad de 64. Allí permaneció, ayudando a coordinar las ofensivas en tres direcciones hasta la marcha final en Saigón.

Solidaridad mundial y colaboración socialista internacional

La victoria de Vietnam fue global.  La Unión Soviética, sus aliados de Europa de Este y la República Popular de China proporcionaron armas, municiones, alimentos y mucho más.  Los movimientos contra la guerra en los países de todo el mundo proporcionaron apoyo moral muy importante.  En Estados Unidos, las fuerzas contra la guerra junto con el explosivo movimiento de Liberación Negra generaron una resistencia a la guerra a gran escala entre los jóvenes que se negaron a ser parte del esfuerzo guerrerista.  El resultado fue una huelga virtual de los soldados rasos en la zona de combate, así como rebeliones en las bases militares estadounidenses en EUA y en todo el mundo.

Los fusiles AK-47 utilizados por las Fuerzas Armadas de Liberación Popular vietnamita fueron hechos en Checoslovaquia.  Las armas antiaéreas, así como camiones, tanques y artillería, fueron hechas en la URSS y China.  Vietnam fue el frente de lucha en una guerra global contra el imperialismo estadounidense, y este esfuerzo de solidaridad enorme fue un factor material en la victoria de Vietnam.

El general Giap dijo en 1968 que “el ejército y el pueblo en Vietnam del Norte han derribado más de 3200 de los aviones más modernos de los Estados Unidos, matando o capturando un número considerable de los mejores pilotos estadounidenses, y han hundido o prendido fuego a cientos de naves enemigas.  La llamada superioridad aérea de los imperialistas estadounidenses — el jefe del imperialismo que se jactaba de su riqueza y armas y que es conocido por su crueldad — ha recibido un duro golpe a manos del pueblo vietnamita”.  (Discurso del Día del Ejército, 21 de diciembre, 1968)  Esto fue tres años antes de que las Fuerzas Armadas de Liberación Popular derribaran a 30 bombarderos estratégicos subsónicos B-52 — un tercio de la flota B-52 estadounidense — mientras resistían el atentado desesperado de Washington en la Navidad de 1972 en Vietnam de Norte en la víspera del acuerdo de paz del 27 de enero de 1973.

En 1968 el general Giap habló de “los 31 millones de vietnamitas” luchando contra el imperialismo estadounidense.  Hoy, la población es de más de 90 millones, lo que hace de Vietnam el decimotercer país más poblado del mundo.  En 1965, Ho Chi Minh dijo que no importaba cuánto EUA pueda matar y destruir, “construiremos nuestro país muchas veces más hermoso”.  Desde 2000, la tasa de crecimiento económico de Vietnam ha sido una de las más altas del mundo.

El verdadero legado de Vietnam, según lo declarado por el general Giap, es que “el mito de la invencibilidad de los Estados Unidos . . . se está derrumbando irremediablemente.  No importa cuán enorme sea su potencial militar y económico, nunca tendrá éxito en destruir la voluntad de un pueblo que lucha por su independencia. Esta es una realidad reconocida ahora en el mundo entero.”

Todas las citas son de “El arte militar de la guerra popular: escritos selectos de Vo Nguyen Giap”, Monthly Review Press, 1970.

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