El sexismo y el juego de la culpa

Editorial Workers World-Mundo Obrero
23 de septiembre de 2014

Recientes revelaciones sobre atletas y el abuso doméstico implica que estos horribles actos son particulares de la cultura del deporte en Estados Unidos. Esto no es así. Este fenómeno se debe a la opresión de la mujer en la sociedad de clases, que coexiste con el racismo, la explotación de trabajadores y otras formas de desigualdad y discriminación.

Existe abuso doméstico, junto a otras formas de violencia contra la mujer, degradación y trato desigual. ¿De dónde proceden las actitudes sociales que perpetúan esta opresión? Están integradas en el capitalismo. Como dijo Karl Marx hace más de 150 años, “Las ideas de la clase dominante son en cada época las ideas dominantes”.

¿Cómo se promulgan las actitudes sobre el estatus social de las mujeres por los súper-ricos y el gobierno? El Congreso no ha aprobado la Enmienda sobre Derechos Igualitarios o la Ley de Salarios Justos, consecuentemente las empresas siguen pagando menos a las mujeres que a los hombres y pagan mucho menos a las afroamericanas y latinas. El Congreso tampoco ha aumentado el salario mínimo, que afecta a millones de mujeres trabajadoras, especialmente las de color y las madres solteras. Los estados están socavando los derechos de la mujer, cerrando centros de salud y recortando los fondos destinados a refugios para mujeres maltratadas.

Las agresiones y el acoso sexual son ocurrencias comunes dentro de los departamentos gubernamentales, en los trabajos y en los recintos universitarios; son pocos los agresores que son sancionados.

El ejército de EUA se niega a procesar miles de casos de agresión sexual dentro de sus filas, y ha derrotado los intentos para remediar esta situación, a pesar de los valientes esfuerzos de las defensoras de los derechos de la mujer.

En su nuevo libro, “Off the Sidelines” [Desde el Margen] la senadora por Nueva York Kirsten Gillibrand cita incidentes de acoso sexual que ella enfrentó de sus colegas en el Congreso.

A. Hope Jahren, profesora de geobiología, escribió el 20 de septiembre en el New York Times que una cuarta parte de las mujeres científicas encuestadas reportaron haber sido agredidas sexualmente mientras trabajaban fuera de los laboratorios. “Los agresores eran predominantemente altos funcionarios dentro del equipo de investigación”.

Cientos de mujeres bomberas en el Servicio Forestal de EUA presentaron una demanda legal en agosto contra el Departamento de Agricultura, alegando discriminación en el trabajo, acoso y abuso sexual por parte de compañeros de trabajo, lo que los funcionarios del organismo no detuvieron, informó la misma edición del Times.

Comentarios degradantes sobre las mujeres, especialmente de bajos ingresos y mujeres oprimidas, inmigrantes y jóvenes por políticos derechistas y presentadores de televisión se repiten sin cesar en televisión e internet.

“Colorlines” informó que los presentadores de “Fox & Friends” se  rieron cuando Ray Rice golpeó a su entonces novia, Janay Palmer, como si el abuso doméstico fuera una broma. (8 de septiembre)

La cultura estadunidense promulga constantemente la degradación, cosificación y violencia contra las mujeres en películas, televisión, videojuegos e internet.

Una de cada tres mujeres en EUA afectadas por abuso doméstico

Aunque la degradación de la mujer es parte de la cultura del deporte, su extrema manifestación de abuso físico no es única en el mundo del deporte. Es moneda corriente en la sociedad estadunidense y existe a través de clases, comunidades y regiones. Las/os expertos dicen que un tercio de las mujeres en EUA (42,4 millones) han sido física o sexualmente asaltadas o acechadas por su pareja.

Sin embargo, el público no ve la cobertura por la prensa del abuso que se produce en los hogares de los súper-ricos. Rara vez los abusadores privilegiados son vilipendiados en la prensa. Sin embargo, ya que el racismo está siempre al acecho tras bastidores, los medios se enfocan en el mal comportamiento de figuras del deporte, especialmente contra atletas negros.

¿Dónde están los titulares sobre los ejecutivos, banqueros, jefes militares, funcionarios públicos, políticos, policías, magnates de los medios o los profesionales blancos que golpean a sus esposas o parejas? Su comportamiento abusivo sucede a puertas cerradas, no salpicadas a través de los titulares. ¿Alguno pierde su puesto de trabajo por ello?

El juez federal Mark Fuller de Alabama “supuestamente” golpeó brutalmente a su esposa Kelli Fuller, en agosto. Esta persona nombrada vitaliciamente por el ex presidente George W. Bush, todavía está en la banca a pesar de los pedidos de renuncia.

Las discrepancias en la cobertura de los medios y las desigualdades judiciales se examinan en el informe del Proyecto de Sentencia del 2014, “Raza y Castigo.” Dice que los medios presentan  a “afro-americanos y latinos de manera diferente a los blancos” y “sobre-representan a las minorías raciales como sospechosos de crimen”.  El informe critica las “políticas delictivas que se dirigen de forma desproporcionada contra las personas de color”, que pueden fomentar “una sensación de inmunidad legal entre los blancos”. Verdad.

Subyacente a los deportes profesionales es la búsqueda de ganancias. Sean o no los propietarios o funcionarios de los equipos racistas o sexistas, esto es ignorado por años – siempre y cuando las mega-ganancias continúen llegando.  El racismo público del ex propietario del equipo Clippers, Donald Sterling trajo tanta presión de los jugadores y aficionados que se vio obligado a vender el equipo. El propietario del equipo Atlanta Hawks, Bruce Levenson y su gerente, Danny Ferry, también se metieron en problemas por sus diatribas racistas y tendrán que irse.

El Comisionado de la Liga Nacional de Fútbol, Roger Goodell, está en la cuerda floja por no actuar sobre los incidentes de violencia doméstica de los jugadores. Presionado por los fanáticos incluyendo muchas mujeres y patrocinadores corporativos que temen perder ganancias, Goodell está agresivamente penalizando a los jugadores. El 15 de septiembre nombró a cuatro mujeres ejecutivas para asesorar a la Liga en el manejo de la violencia doméstica.

La imagen de la NFL se ha deteriorado; ha perdido popularidad entre las mujeres, que son importantes para las ganancias de la liga. La NFL está buscando “nuevos consumidores para su mercancía” con el objetivo de aumentar su ingreso anual de $10 mil millones. (NYT, 18 de septiembre)

Goodell debió hace años integrar mujeres a la toma de decisiones en la liga NFL sobre el abuso doméstico, afirman muchas mujeres. Nita Chaudhary, co-fundadora de UltraViolet, organización en defensa de la mujer, dice que la NFL tiene un “largo camino por recorrer antes de que demuestre… que toma la violencia doméstica y asalto sexual en serio”. (NBC News, 15 de septiembre) Ese grupo y la Organización Nacional de la Mujer (NOW), entre otras, están exigiendo el despido de Goodell.

La página web del NOW’s dice: “El fútbol como deporte no tiene la culpa de la violencia doméstica y la amplia tolerancia cultural a la violencia contra las mujeres. La institución es un producto de un problema cultural más amplio, pero eso no significa que no pueda jugar un papel muy importante en el cambio de la cultura de la violencia”. (16 de septiembre)

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