¿Por qué no hay amnistía aquí?

Editorial Workers World-Mundo Obrero del 1º de enero

En diciembre, el presidente ruso Vladimir Putin firmó una amnistía para unas/os 20.000 prisioneros — incluyendo a las/os manifestantes de Greenpeace, la banda de punk Pussy Riot quienes son consideradas disidentes, y su oponente político, el multimillonario Mikhail Khodorkovsky.  Los enemigos políticos de Putin rápidamente denunciaron esta amnistía como una maniobra política cínica, comentario repetido ampliamente en los medios de comunicación imperialistas.

Khodorkovsky es un favorito de la clase dominante estadounidense porque es un magnate ladrón extremadamente rico.  Nadie hasta donde sepamos, rehusó la amnistía a pesar de cómo la calificaran.

Tenemos una sugerencia para el presidente Barack Obama: haga mejor que Putin.

Obama apenas ha utilizado su poder de perdón.  Aún George W. Bush perdonó más que Obama. Una amnistía general podría revertir esto rápidamente.

El imperialismo estadounidense es el mayor carcelero del mundo, con más de 2 millones de prisioneras/os.  Teniendo solo el 5 por ciento de la población mundial, Estados Unidos mantiene en cárceles el 25 por ciento de la población carcelaria del mundo.  Más de 3.000 prisioneras/os siguen enfrentando la pena de muerte.

No sólo el 70 por ciento de las/os prisioneras/os son personas de color, sino que el 90 por ciento provienen de familias que no pueden pagar el alto costo de la representación legal.  Muchas/os han estado en prisión por 30 años o más.  Muchas/os otros recibieron sentencias mínimas de 15 años por tales “crímenes” como la venta de marihuana.

Algunas/os prisioneros son muy bien conocidas/os a nivel mundial por la naturaleza política de su encarcelamiento y son el centro de campañas por su liberación.  Estos héroes y heroínas internacionales deberían encabezar la lista de perdón:

Mumía Abu-Jamal, en prisión 32 años, 30 en el corredor de la muerte.

Leonard Peltier, por 36 años.

Óscar López Rivera, por 33 años.

Lynne Stewart, abogada del pueblo diagnosticada con cáncer terminal de mama.

Cuatro de los 5 Cubanos siguen en prisión después de 15 años.

Las/os siguientes tal vez no son tan conocidos, pero igualmente enfrentan sentencias injustas y/o amañadas:

Las/os ocho sobrevivientes de las/os 9 de MOVE: Charles, Debbie, Delbert, Edward, Janet, Janine, Miguel y William, todas/os con el apellido África, en prisión por 34 años.

Sundiata Acoli, por 40 años.

Ruchell Magee, por 44 años.

Imam Jamil (antes H. Rap Brown), por 10 años.

Albert Woodfox, el último de los 3 de Angola, por 30 años.  Robert King fue liberado finalmente después de 29 años en aislamiento, y Herman Wallace murió tres días después de que fue puesto en libertad en octubre pasado después de más de 41 años en confinamiento solitario en la infame prisión de Luisiana.

Y también está Assata Shakur quien ha pasado 40 años en la cárcel o en el exilio, con una recompensa sobre su cabeza de 2 millones de dólares si es capturada.  Ella escapó de la injusticia racista de los Estados Unidos logrando asilo en Cuba.

En el sitio de web del Movimiento Jericó, se puede ver una lista de más prisioneras/os políticos, quienes pertenecían a organizaciones como el Partido Panteras Negras, La Raza Unida, FALN, Los Macheteros, el Movimiento Antiimperialista de América del Norte, 19 de mayo, AIM, el Ejército de Liberación Negra, etc.  Ellas/os están en prisión a causa de sus creencias políticas y por actos de apoyo y/o en defensa de la libertad para su pueblo de la dominación imperialista.

Ahí están también los prisioneros en su mayoría musulmanes acusados fraudulentamente en el frenesí post-9/11.  Ahí están los prisioneros que aún permanecen en Guantánamo.  Y sin duda hay otras/os que no aparecen en ninguna lista.

El movimiento revolucionario de las/os trabajadores en los Estados Unidos debe aspirar a “derribar los muros” de las penitenciarías.  Mientras tanto, desafiamos a Obama a que perdone aún sea una pequeña parte de la población carcelaria, las/os cientos que son héroes de sus pueblos y las/os cientos de miles de personas que sólo están en la cárcel a causa de la injustica y la explotación racista y clasista.

Nota de la redacción: El martes, 31 de diciembre Lynne Stewart le fue puesta en libertad gracias a la campaña en su favor.

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