Números mágicos no pueden ocultar la crisis de desempleo

El informe mensual de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS por las siglas en inglés), la inminente amenaza del “secuestro” (proceso de recortes automáticos en el presupuesto federal), la austeridad por parte de ambos partidos políticos y la falta general de empleos con salarios dignos retan a la clase obrera de Estados Unidos a un desafío: ¿Cómo sobrevivir y proteger nuestro nivel de vida en una economía estancada que podría enfrentar otra crisis?

Poniéndolo en términos clasistas más claros: en un período de estancamiento económico y de “recuperación sin empleo”, ¿cómo puede la clase obrera en Estados Unidos luchar contra un ataque implacable de los banqueros y los empresarios y de los políticos que sirven a esta clase gobernante?

El primer desafío es interpretar el reporte de la BLS.

Cualquier análisis estadístico de algo tan complejo como la economía estadounidense de $14 billones, sería una tarea enorme, incluso para un departamento de gobierno. Pero la BLS enfrenta otro problema: tiene una misión contradictoria.

Debe recopilar y publicar las estadísticas que ayudan a los administradores y economistas capitalistas a entender lo que está sucediendo con la economía. Al mismo tiempo debe disfrazar estas cifras para ocultar a los/as trabajadores/as la responsabilidad que tiene el sistema capitalista de sus problemas.

La BLS disfraza estas cifras enfatizando una tasa de desempleo basada en un sondeo de la población. Esta tasa se ha vuelto casi inútil en representar la realidad.

El BLS cuenta como desempleados al número de personas en su sondeo quienes buscaban trabajo en un período determinado pero que no han encontrado ninguno. Después divide ese número por la suma de todos en su muestra que estaban trabajando o que buscaron activamente un trabajo en ese período.

El resultado de esta operación es la tasa de desempleo, que se publica cada mes en la parte superior de su informe. En el año 2009 llegó al 10 por ciento, el año cuando la “recuperación” comenzó, (una recuperación de ganancias solamente). Este mes de marzo, después de casi cuatro años de “recuperación”, la oficina dice que fue de 7,6 por ciento, en comparación con el casi 5 por ciento cuando comenzó la recesión a finales del 2007.

Hasta los medios corporativos en estos días reconocen que esta tasa es totalmente inadecuada para describir las tendencias en la economía capitalista.

El New York Times del 5 de abril apenas mencionó esta tasa, por ejemplo, y explicó: “la tasa de desempleo… descendida a un 7,6 por ciento en marzo, de un 7,7 por ciento anteriormente, pero por la razón equivocada: porque más personas reportaron haberse salido de la fuerza laboral, (es decir, ni están trabajando ni buscan trabajo), no porque se haya contratado a más gente”.

Cifra real: 30 millones

Un colaborador de Workers World/Mundo Obrero, Mike Gimbel, cada mes publica su propia interpretación de las estadísticas que proporciona el BLS. Gimbel mira las estadísticas del BLS que muestran una disminución significativa en la fuerza laboral activa total y hace la suposición razonable de que esta caída fue involuntaria y en base a las condiciones económicas. Él agrega esa disminución a la parte de los/as desempleados/as. Sus números muestran que la tasa de desempleo “real” fue del 16,7 por ciento en marzo, y ha sido prácticamente la misma en los últimos seis meses.

Si se añade a este 16,7 por ciento, los/as trabajadores/as que laboran sólo a tiempo parcial pero que desean trabajar a tiempo completo, el total es de 21,2 por ciento desempleados/as o subempleados/as, sólo un poco inferior a lo que fue el pasado mes de octubre.

Esta supuesta “recuperación” no es ninguna recuperación para los/as trabajadores/as. Muchos/as trabajadores/as han abandonado la actividad económica ya sea porque no hay empleos disponibles o, como especialmente algunas mujeres se han quejado, porque los salarios son tan bajos que no es posible pagar por cuidado infantil.

El mercado de valores ha aumentado desde el año 2009. Pero en 2008 la fuerza de trabajo era de 155 millones, mientras que la población total era menor que en la actualidad. En el 21,2 por ciento ahora, el número real de desempleados/as y subempleados/as ha permanecido por lo menos en 30 millones. Y esto no cuenta las casi 2,5 millones de personas que están tras las rejas, un número escandaloso.

Estas cifras aportan más prueba empírica a la tesis que expuso el redactor contribuyente de este periódico, Fred Goldstein en su libro “El capitalismo en un callejón sin salida”. Hoy, durante lo que se considera una recuperación normal del ciclo económico, el sistema capitalista es incapaz de regenerar los millones de empleos que se perdieron en la crisis.

Opresión nacional y desempleo juvenil

Este artículo hasta el momento ha considerado la clase obrera de Estados Unidos en su conjunto, incluyendo a los/as trabajadores/as negros/as, latinos/as, indígenas y blancos/as de todas las edades, sexos y niveles de educación. Debido a la opresión histórica y al racismo imperante, las tasas de desempleo entre los/as trabajadores/as afroamericanos/as son casi el doble de las tasas agregadas. La cifra del desempleo latino/a está en el medio. La población indígena está en la peor posición económicamente. Los/as inmigrantes sin documentos oficiales quedan generalmente excluidos de las estadísticas oficiales, no importa si encuentran o no trabajo.

En el actual estancamiento de la economía, los/as trabajadores/as jóvenes han sufrido una falta de oportunidades, incluso muchos/as de los que tienen educación universitaria, tienen tasas de desempleo muy superiores al agregado y son especialmente altas para los/as jóvenes afroamericanos/as. La incapacidad del capitalismo para proporcionar empleos a los/as jóvenes es un signo importante del declive de todo el sistema.

Secuestro y alivio de los recortes por austeridad

Los bancos, incapaces de encontrar nuevas empresas capitalistas suficientes en las que pueden invertir sus miles de millones para obtener ganancias, en su lugar han prestado dinero a los gobiernos. La austeridad — aquí y en Europa — significa realmente recortar los servicios sociales con el fin de asegurar que estos bancos recobren sus préstamos. El actual “secuestro” — un recorte lineal a muchos programas del gobierno federal — es una forma particularmente directa de austeridad.

Mientras no se hace nada para ayudar a la economía, los programas de austeridad aumentarán el desempleo. Son un ataque directo contra el nivel de vida de toda la clase trabajadora. Solo sirven a los banqueros.

Uno de los grupos especialmente afectados por el secuestro son los 5 millones de desempleados/as de larga duración. Una vez que acaben los beneficios de desempleo — después de 26 semanas — una extensión federal se supone que se los continúe. El secuestro recortará estos beneficios de desempleo por lo menos un 10 por ciento, y los funcionarios han advertido de un recorte aún mayor.

Los recortes también incluirán programas de nutrición, Head Start y otros beneficios que son necesitados por la gente más pobre — una categoría que crece cada día a causa del desempleo de larga duración. Los informes dicen que el Seguro Social y el Medicare también serán recortados.

¡Hay que luchar! Únase a la marcha del 11 de mayo por puestos de trabajo

Lo que se necesita es una lucha que una a la clase obrera para luchar contra los programas de austeridad. Al luchar por las necesidades de los/as más oprimidos/as y de los/as más pobres, toda la clase obrera gana. Por lo tanto las demandas deben incluir luchar por erradicar toda discriminación, por aumentos de cupones de alimentos, por el aumento del salario mínimo y los beneficios de desempleo, y para proporcionar trabajo a todos/as.

Un movimiento que ve la situación actual desde el punto de vista de los/as trabajadores/as más oprimidos/as es la Marcha de los/as Pobres, que caminará las 41 millas desde Baltimore a Washington, DC a partir del 11 de mayo. La Conferencia Sureña de Liderazgo Cristiano (SCLC por sus siglas en inglés) de Baltimore y la recién creada Asamblea del Poder Popular han iniciado esta acción. Fue la dirigencia de la SCLC que inició la Campaña del Pueblo Pobre en 1968.

Un enfoque principal de la marcha es la lucha contra la brutalidad policial y el encarcelamiento masivo además de la lucha contra el racismo y la injusticia. La marcha también exigirá empleos para todos/as y una lucha contra la profundización de la pobreza. Esta acción es una oportunidad para iniciar una lucha para detener a los banqueros y el ataque directo y brutal de los patronos contra la clase trabajadora.

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